miércoles, 11 de mayo de 2016

La evolución del Transporte Marítimo (“IT revolution arrives in shipping”)



La cita del título no es mía, sino un préstamo de A.Krapp y G. Vranakis de la marca Jotun en una presentación en Grecia en Diciembre de 2013, de la que os dejo aquí el enlace.


Este desembarco de las tecnologías de la información en la industria marítima se va a producir según Krapp y Vranakis de la mano de la eficiencia energética y de la norma ISO que se aprobará seguramente en Junio de 2016.

Esta norma ISO 19030 Hull and Propeller Performance, (Rendimiento de casco y hélice) tiene como objetivos recomendar métodos prácticos para evaluar el rendimiento de casco y hélice específicamente para un buque o buques gemelos y en dos momentos diferentes en el tiempo (normalmente antes y después de una varada), es decir, compara rendimientos relativos y no absolutos.


La estructura será la siguiente:

ISO 19030 – 1: Da unos principios generales y define unos indicadores de rendimiento básicos

ISO 19030 – 2: Proporcionará los métodos por defecto y la precisión de dichos métodos
·         Método A basado en torsiómetros y rpm
·         Método B basado en la potencia al freno y el consumo de combustible

ISO 19030 – 3: Definirá unos métodos alternativos (cuatro) para realizar los cálculos y las mediciones en función de las instalaciones de medida disponibles de forma habitual, junto con la precisión de dichos métodos.

Algunos de los indicadores de Rendimiento serán:

·         Rendimiento de la varada: Determinará la efectividad de la entrada en dique y de las operaciones llevadas a cabo en él (limpieza y pintado de obra viva etc.)

·         Rendimiento en servicio: Determina la efectividad de la solución obra viva-hélice

·         Lanzamiento del mantenimiento: El cambio de los indicadores puede llevar a inspecciones o mejoras

·         Efectividad de los mantenimientos: Permitirá conocer la efectividad de las inversiones llevadas a cabo en el buque.

Es por tanto una normativa muy esperada tanto por los fabricantes de pinturas como por todos aquellos que proponen sistemas de mejora de la eficiencia energética por cuanto proporciona una herramienta para evaluar el impacto de dichas medidas y de los nuevos recubrimientos en la eficiencia energética del buque. 

En la siguiente imagen se aprecia claramente el impacto de las varadas en la desviación de la velocidad del buque






Mientras que esta muestra una vista detallada del perfil operacional de un portacontenedores, mostrando la información (en este caso de un buque real) que se encuentra ya disponible en cualquier buque, pero que habrá que almacenar, enviar y tratar para que pueda ser útil en decisiones de gestión de flota de cualquier tipo.





La irrupción de todas estas tecnologías, presentes en muchos casos en nuestra vida diaria (serían las fitbit de nuestros buques), en el transporte marítimo plantea multitud de retos y preguntas, empezando por la rentabilidad de estas inversiones en un entorno de precios del crudo relativamente bajos, así como como van a gestionar empresas no tecnológicas la ingente cantidad de datos (2TB en 100 días y creciendo) o cómo van a ser capaces de aprovechar estos datos para sacar conclusiones útiles y rentables.


Nos presenta además una reflexión interesante desde el punto de vista de ser un primer paso en el camino del en mi opinión imparable fenómeno del smart ship (un tema de pulsante actualidad a juzgar por el número de Mayo de 2016 de The Naval Architect que aborda la opinión del gurú del transporte marítimo Martin Stopford sobre el tema y que incide como señalábamos más arriba en la utilización de información hasta ahora no capturada para mejorar las operaciones de transporte marítimo), así como una posible puerta de entrada de nuevos y viejos actores tecnológicos (Google, IBM, Amazon, SAP, etc....) especializados en las tecnologías de la información y con mucha experiencia en la gestión de ingentes cantidades de información empresarial.